Thursday, November 29, 2007

La estadística y yo


Qué dirían las cosas si hablaran, contarían los chismes sobre nosotros seguramente.


-¿ Te fijaste que fea falda traía la hija de la Cuquis Rodríguez?- diría el sillón.

-Pero eso del mal gusto debe ser de familia, la otra vez la propia Cuquis se sacó la carne de los dientes con la uña- respondería el refrigerador.

-¡Que ascoooooo!!!!- dirían al unísono.

Hay cosas que antes de que contaran los secretos de mi vida oculta les mandaría a quemar la tapicería, ponchar las llantas o arrancar los empaques (imaginen que el refrigerador le dijera al Juli que como tamalitos cuando digo estar a dieta)

Pero hay otras en las que no es necesario que hablen como para que puedan reflejar lo que realmente somos. Es más, deberían idear un test psicológico que se llame El factor cookie o fenomenología del historial.

En mi caso, si analizaran mi historial, sabrían primero mi género (no por la carencia de contenido no apto para menores, sino porque no entro a páginas para ver relojes o autos). Sabrían que soy blogadcita, que me encantan las páginas de literatura, que no tengo buena ortografía (pero sí un vínculo favorito a la RAE), que puedo imaginar el clima en Nepal, porque juego a la geografía de vez en cuando, y tantas cosas más.

También sabrían que a pesar de tener las fotos de La Boda en cada una de las máquinas que utilizo, me gusta verlas desde picasa. Manías al fín.

Pero hoy, en itunes, descubri que puedo ver cuántas reproducciones de una canción he hecho, y mi querido Agustín Lara, con su piano y mi canción favorita, Escarcha, se lleva el premio con 20 reproducciones en menos de un mes. Esta seguida muy de cerca por I've got my mind set on you, de George Harrison con 17 repeticiones (aunque esta tiene más de dos meses en mi colección de música). En tercer lugar, pisándole los talones a George está Elvis y I can't help falling in love with you. Los primeros 10 lugares se reparten entre Chavela Várgas, Agustín Lara, las luces de luna y Miguel Bosé

Sí, lo sé: soy una viejita. Una mujer que se siente sacada de película de los 40's, que desea tener en su casa una foto en blanco y negro, en la que no tenga una sonrisa que se robe la mitad de la foto, sino una seductora mirada, que se escapa hasta a la cámara .

Tengo que analizar más a fondo para saber el resultado del test psicológico de itunes y su estadística. Hasta el momento podrían saber de mi que me gusta tejer y me duelen las rodillas cuando llueve.

Friday, November 23, 2007

El checador

Mi cerebro tiene secciones en las que almaceno distintas cosas. Es un cuarto grande lleno de cajas de mudanza, de algún recuerdo de mi vida pasada; archiveros grandes y llenos de polvo, donde se guardan las historias de mi niñez; pequeños joyeros donde guardo lo que más me gusta y amo en mi vida y libreros en donde tengo lo que más utilizo y los conocimientos que van llegando.

Hay también una mesita en donde pongo las cosas que se usan temporalmente, es conocida como memoria de corto plazo. Pero mi mesita es muy pequeña (porque quiero dejar el mayor espacio para los joyeros y los archiveros) y procuro que su velocidad de vaciado sea muy alta, pero a veces me excedo.Lo noto en pequeños momentos, pero trascendentes.

El checador es el mejor ejemplo. Todas las mañanas, más o menos a las ocho, camino hacia mi trabajo. Me concentro mucho y pienso en que debo llegar y fijarme perfectamente la hora en la que checo y recordar que lo hago.

Camino (continúa el pensamiento en el checador), abro la puerta (sigue la atención sobre mi credencial y el checador), saludo al policía (continuo con la idea), me paro frente al checador y de pronto como si alguien pasara junto a mi mesita y recogiera todos los pensamientos que estaban ahí apilados y los llevara al bote de basura, olvido ese instante. Ese preciso momento en que mi mano con la tarjeta en la mano pasa frente al reloj checador siempre es borrosa.

Lo recuerdo todo, mi camino, la puerta, el policía... borroso borroso y más borroso... llego a mi lugar y pienso: ¿Chequé? No puedo recordarlo y paso el resto del día tratando de recordar si chequé o no...

Algo muy parecido pasa con el momento de tomarme mis vitaminas, recuerdo cuando las saco del frasco, las pongo en la mesa, borrón, y ya no hay pastilla en la mesa. Pero el momento en que me la tomé se borra y no hay forma en que pueda recuperarlo.

He llegado a límites asustadores. El otro día mientras me bañaba pensaba en las actividades del día. Abrí la puerta del baño y tomé la toalla y mientras me sacaba descubrí que no recordaba si me había tallado el cuerpo o no. Por precaución preferí volverme a bañar (aunque no recuerdo si era la segunda o la primera vez en que lo hacía).

Solo le pido a Dios que no permita que un día comience a hacer limpieza en mi cuarto cerebral y tire todo lo que tengo en mis pequeños joyeros. La mesita de memoria de corto plazo puede seguir con esa dinámica, pero que las palabras, imágenes y sonidos que guardo como mis tesoros estén ahí siempre que necesite desconectarme de este mundo y sentarme a jugar con ellos.

Tuesday, November 20, 2007

De oídos y otros demonios

Tengo la mala constumbre de pensar que si mis manos no están ocupadas en algo, mi tiempo está siendo desperdiciado. Hasta hace una semana no sabía tejer, y ahora ha sido un vicio que no me puedo quitar de encima porque a penas encuentro un momento en que mis manos tendrán 20 segundos de inactividad me pongo a tejer.

Ayer estabamos el Juli y yo trabajando en un proyecto de la escuela y mientras él me platicaba qué es lo que teníamos que hacer, vi la oportunidad para limpiar mis oidos con un cotonete.

¡Ohh que grave error!!! Eso es lo que los otorrinolaringólogos honestos me dirían si se enteraran. Claro que existe otra corriente de médicos que quizás agradezcan a los productores de cotonetes -porque además los venden en paquetes de 200- el que tengan trabajo por las personas necias como yo que introducimos cotenetes (y lápices, pasadores y alguna otra cosa) a nuestros frágiles y delicados oídos.

Pero bueno, ahí voy, comienzo a limpiarme la orejita, avanzo un poco más y siento que he encontrado mugrecita para extraerse muevo un poco el cotonete y...

¡Oh por Dios! El cotonete salió pero sin el algodoncito que lo recubre. No está en la cama, no esta en mi ropa. ¡Juli!!!

Me siento en la cama y meto otro cotonete en la otra oreja (con cuidado). Estoy calladita y tranquilita (lo que hubiera dado el Juli porque durara). Abro grandes muy grandes mis ojos, miro hacia un lado, miro al otro y no siento un cotonete en el oído en cuestión.

El Juli trajo una lámpara, unas pinzas, más cotonetes y nada. Tuve que ir con mis papás. Más pinzas, más manos, más cotenetes y de la punta del cotonete ni sus luces. Me lavé mi orejita y mi oído con agua caliente y nada.
...
-¿Juli podemos hacer una prueba de sonido?-
-Te amo loquita- me dice muy suavecito en el oido que se tragó la punta de un cotonete.
-Sí, la prueba de sonido salio bien


Y el cotonete aún no ha salido, llegamos a la conclusión de que aparecerá en unos días por ahí y que mi oído no pudo tragárselo así como así. Seguiré atenta a mi oído y si lentamente dejo de oir y comienzo a quedarme sorda (y no gorda), tendré que ir con el otorrinolaringólogo, a escuchar -a medias- sus regaños y soportar mi pena.

Thursday, November 08, 2007

Todos Santos

Hay una época en el año en que las personas que amamos, y ya no están con nosotros en esta dimensión, regresan para estar cerca de nosotros. Son días en los que su mundo y el nuestro se comunican y los tenemos de visita en casa.

Para mí el día de muertos es la celebración más rica en tradición en México. Todo su olor y color los tengo guardados en mi memora desde que era muy pequeña. En mi casa acostumbramos poner un altar con fruta, pan, agua y flores para todas aquellas almas que regresan recogiendo sus pasos.

De este lado del río, en el mundo de los vivos, nos preparamos desde días antes. Se planea qué se cocinará y cómo se adornará el altar, es una fiesta. Hacemos tamales, atole, mole y delicioso pan de muerto. Se corta el papel para adornar el altar y se compran las ofrendas necesarias para complementarlo: veladoras, flores, incienso.

Pero no sé que pasa allá, en su mundo. Imagino que mi abuelita Facha va anca mi bisabuela María -a la que por cierto no conocí porque murio el mismo año en que mi mamá se casó-. Le dice que ella esta lista y se para en la puerta con sus dos pequeños hijos colgados de la falda; su monedero y un rollito de papel fuertemente apretados en su mano.

Salen las dos platicando y con pasos apurados, mientras van pasando a las casas de sus amigas, hermanos y padres. Debe ser algo complicado y tardado si quieren salir todos juntos.

Ya en la entrada, los que saben los están esperando, invitan a los que quizás ya no tienen a nadie a quien visitar. Puedo escucharlos decirse
-Ven a mi casa, Ana hace un mole para chuparse los dedos...
Porque eso sí, los mexicanos somos muy buenos anfitriones.

Cómo se organizan para las visitas debe ser algo también complicado, a quiénes visitaran y cuánto tiempo se quedarán. Existe una forma de comunicación, algo así como el correo electrónico: entre más los recordemos, más mensajes de invitación llegan a sus buzones. Este año, Fachita seguro anduvo de casa en casa, en la mía había para ella incluso un lápiz labial rojo para que se pintara sus labios como le gustaba.

Espero que también mi abuela Trini haya pasado por ahí, para comerse unas granadas; los hermanos pequeños de mis papás hayan jugado con los juguetes que dejamos y comido de los dulces que les ofrecimos. Quzás el bisabuelo José se pasó de copas con el mezcal. Lo importante es que se hayan sentido extrañados y recordados.

Este pequeño puente que se abre el 31 de octubre a las doce de día y se cierra el 2 de noviembre a las 12 de la noche, sirve -en mi opinión- para recordar a nuestros seres queridos. Para decirles, que donde sea que se encuentren nosotros, los del bando de los vivos, los extrañamos y que esta celebración es una pequeña probadita de la fiesta que habrá cuando Dios decida que nos encontremos de nuevo.


Tuesday, October 23, 2007

Aterrizando

De qué forma nacemos, cuál es la forma más común de llegar al mundo y ser independientes de nuestra mamá.

Yo nací en un hospital, como la mayoría de mis contemporáneos. Mi mamá en cambio nació en casa de sus padres, ayudada por la mujer más chismosa del pueblo porque la partera oficial estaba ocupada ayudando a su prima a nacer. Era típico en los pueblos que los bebés naciera en sus casas y casi puedo escuchar a Doña Chisme -la llamo así porque no sé su nombre y es lo único que sé de ella- pedirle a mis tías que hirvieran agua, trajeran sábanas limpias y cerraran las ventanas para evitar las corrientes de aire. Mi abuelo en el largo -o corto- pasillo dando vueltas en espera de la noticia de su esposa e hijo o hija.

Por supuesto esta manera de llegar al mundo es mucho mejor material para una novela que el llegar a un hospital, que te pongan en sillita de ruedas, junto a tu mamá; te lleven al quirófano y pase todo lo demás...

Sin embargo sé de una que no quiero pasar aunque me parezca de cuento de José Agustín.

Valentina iba rumbo a su trabajo, como todas las mañanas, deseando estar en su cama calientita y no entre toda esa gente que se amontonaba a su alrededor. Su mente estaba obviamente tomando vacaciones, escalando la montaña o salvando la vida del Presidente de la hermana República de Stacialta.

Ya habían estado detenidos en la estación por un buen rato, pero ella seguía viajando en su nube. Cuando de pronto suena la alarma. Valentina, molesta, voltea a mirar la mujer que la ha activado. Para su sorpresa era una mujer embarazada que parecía estaba sufriendo mucho.

Como pudo ayudo a salir a la mujer y entre varias personas la llevaron a la oficina del jefe de estación. Se dio cuenta que estaba sola entre hombres, llamaron a la ambulancia pero parecía que el bebé quería ver la luz ya. Lo que no se imaginaba el bebé es que estaba a 20 metros de profundidad.

No hubo tiempo de preparar la llegada, el instinto femenino de Valentina la hizo reaccionar a ayudarlos. Valentina dejo de detestar estar despierta en ese momento del día porque tuvo una de las experiencias más emocionates de su vida. Fue la persona que permitio que el pequeño Jesús - como decidieron nombrarlo- llegara al mundo, su mano fue la primera que lo toco y le dio la bienvenida al mundo.

Cuando todo el trance pasó lo cubrio con su suéter y le sonrio. Varios minutos después llego la ambulancia y entre lágrimas la mujer le dio la mano a Valentina. Eso fue suficiente para que ella supiera que le agradecía enormente el que estuviera ahí para ayudar a aterrizar a su bebé y fuera parte del inicio de un viaje tan pintoresco.

Wednesday, October 17, 2007

Terry está llorando



Caray, cuando escuchabamos esta cancioncita comenzabamos lentamente a derretirnos por nuestro amor platónico Terry Granchester. De pronto nuestra respiración se agitaba, nos sudaban las manitas y nos sentiamos Candy.

Me recete las veinte repeticiones que en la televisión pasaron, si la hubieran puesto en canales diferentes y horarios distintos las hubiera visto todas -al más puro estilo Galo viendo el Chavo del ocho-.

La verdadera razón del por qué me gustaba la desconozco, ahora que soy adulta y mi vida no tuvo tantas aventuras como la de Candy pienso que era una forma de proyectar mis fantasías. A pesar de que a todas luces me parecía que Candy era una mujer que sufría demasiado para mi gusto yo sabía que era feliz y eso me hacía desear su vida.

Y cuáles eran sus penurias, pues primero su mejor amiga le roba los padres adoptivos, la adoptan para que sea la sirvienta de la casa, su primer amor se muere cuando se cae del caballo, le ponen una trampa para separarla de Terry -lo que obviamente fue lo más triste- y finalmente se queda cuidando huérfanos en el hogar de Pony mientras Terry la necesita más que nunca pero no se puede acercar a ella.

Cuando escucho esta canción lo primero que me viene a la mente es una escena de finales de la serie. Después de darse cuenta que la única forma de que Susana -una mosquita muerta que intenta robar el amor de Terry- sea feliz y no intente suicidarse nuevamente es que Terry se quede a su lado, la dulce y tierna (como yo) Candy decide alejarse del amor de su vida. Hace de tripas corazón y se despide de él con lágrimas en los ojos (no sólo ella tiene lágrimas, tambien un par de miles de niñas frente a su televisor).

Sale corriendo de la habitación de Susana para no tener que enfrentarse con Terry, pero él la alcanza y la toma de la cintura. Le dice que no quiere perderla -con su derretidora voz varonil- que le permita quedarse un momento cerca de ella y desea que el tiempo se detuviera mientras de sus ojos azules caen las más sinceras lágrimas de desilusión. -Terry está llorando- piensa Candy -significa que me ama, Terry...-.

Cabe aclarar que Terry era un hombre rebelde al que Candy ayudo a encontrar su verdadera carrera, una fantasía de toda mujer: ser la salvadora del hombre que amamos.

Candy es el sinónimo de mi infancia, de mi ansias ocultas de ser aventurera -como Indiana Jones, no como Edith González- y de mis deseos de ser una mujer sacrificada por la felicidad de otros. Lo que pienso si es alcanzable es ser feliz a pesar de las inclemencias de la vida, lo puedo decir porque esta Candy morena tiene a su Terry de ojos cafés.


Tuesday, October 16, 2007

Casi real

Alguna vez leí que los niños son capaces de soñar a partir de los seis meses. Qué tan cierto es esto no lo sé, con los contenidos wiki y los blogs alrededor del mundo es posible que una mujer sin ganas de lavar los platos del desayuno se hubiera puesto a escribir un artículo científico en dónde contara sus teorías sin sustento para que varios incautos creyeramos lo que dice. Pero también es posible que mi cabecita haya leído, y comprendido, algo que es cierto y que los bebés pueden soñar. Sueñan, al igual que nosotros, un reflejo de su vida mientras están despiertos.

En mi experiencia como tía, me he dado cuenta que es muy complicado explicarle a un niño qué son los sueños, y más complicado aún explicarle que no son reales. La semana pasada llamé por teléfono a casa y, por primera vez en muchas llamadas, Paula, mi sobrina, pidio hablar conmigo. Al principio no entendía qué trataba de decirme y ella se comenzaba a inquietar.

- Te aperdas de la dan estella de algodon - decía ella

- Fuiste a ver una Estrella de Algodón- le respondía sin entender realmente en qué parte de la ciudad hay una gran estrella de algodón

-Si, fimos tu yo y a ti te dusto mucho- trataba de hacerme recordar, y su inquietud aumentaba a medida que se daba cuenta de que yo no recordaba haberla acompañado a ver la gran estrella de algodón

Resulta pues que al final se enojó conmigo porque no pude recordar cuando fuimos a ver la gran estrella de algodón. Obvio que yo no lo recordaría porque fue un sueño; un sueño demasiado real para ella.

Pero qué pasa cuando ya no somos tan pequeños y nuestros sueños nos siguen hasta que estamos despiertos. Unas pocas semanas después de que mi abuelita fallecio yo seguía llorando mucho por ella, recordaba continuamente momentos con ella. Hasta que un día soñe que estaba en su casa; la veía entrar por la puerta que queda atrás de las escaleras con sus pasitos cortos y silenciosos vestida toda de morado -como una de sus batas amplias-. Cuando la ví corrí a abrazarla, la abracé muy fuerte y sin que ella pronunciara una palabra yo le preguntaba por qué no la había abrazado así cuando estaba viva. En el sueño y cuando desperté estaba llorando; pero me sentí tranquila.

Días después, un sábado en que me levanté tarde, sentí como si alguien me estuviera viendo y desperté sobresaltada (me gusta esta palabra). En mi habitación había un fuerte aroma a mi abuelita -quizás sólo fue mi imaginación-.

Mi hermana me contó que ella también la había soñado y la había visto sentada en su rinconcito muy feliz y rodeada de luz. Paula, quien tiene sólo tres años, soñaba con ella. Comenzaba a decir Fachita, Fachita mientras estaba dormida y un día se despertó y le pidio a su mamá que la llevara a ver a su abuelita Facha que estaba abajo.

Todo sucedio en la misma semana. Después de todos estos sucesos dejé de llorarla, tal vez por fin la dejé ir. Era como si hubiera venido a despedirse de nosotros recogiendo sus pasos.

Tuesday, September 11, 2007

Ahora deberíamos ir de reversa

Como la mayoría de las personas con las que convivo día a día, crecí en una familia de clase media en la que los recursos que teníamos no debían ser desperdiciados.

Ahora en mi casa abunda la fruta y no tenemos que pedir permiso para comernos un durazno. Recuerdo a mi mamá diciendo que teníamos que procurar que la fruta durara hasta la siguiente semana en la que se compraría nuevamente.

Mi papá ha sido un hombre precavido y hasta que crecí y comencé a ganarme el sustento me dí cuenta de lo difícil e importante que es el cuidar cada centavo.

—Papá quiero un helado-

—No, porque todavía no es primavera, espera a que llegue y comeremos muchísimos helados— respondía él con un pretexto desgastado pero útil en una niña de 7 años. Sobra decir que en primavera sólo nos compraba helado una o dos veces y después el pretexto volvía a ser escuchado las siguientes tres estaciones del año. Me surge una duda, qué había del verano. Porque en verano también hace calor. Tendré que preguntarle.

Hojas, cuadernos, lápices... nada nos faltaba para hacer nuestras tareas. Pero tampoco nos sobraba.

Al pincipio de mi vida escolar hacía mis tareas en una máquina de escribir mecánica. La mayoría de mis tareas no eran más largas de media cuartilla porque me dolían los dedos de escribir en esas máquinas. Ademas las letras se salían de su lugar, una que otra faltaba y tenía que suplirlas con un pedazo de papel.

Después, cuando mis hermanos mayores estaban en nivel preparatoria, nos compraron una máquina de escribir eléctrica, toda una revolución en la casa. Podíamos borrar errores haciéndolos casi invisibles y centrar frases. Seguramente el aparato tenía más chunches pero no me tomé el tiempo de descubrirlas.

En el mundo ocurrieron dos cosas: la tecnología avanzó y mi papá mejoró de empleo. Así que llego a casa un PC. Obvio yo no sabía ni cómo funcionaba, y hay que aceptar que windows 3.11 no era el mejor amigo de una estudiante de secundaria haciendo sus pininos en computación —que no me lea mi jefe, pero a mí esto de las computadoras nada más no se me da—.

No resumiré la historia tecnológica familiar, el punto es durante el periodo en que hice la preparatoria internet era algo desconocido y misterioso, lo usaba de vez en cuando para buscar noticias históricas, pero nada más. Incluso tenía que ir a bibliotecas para hacer mis tareas, revisar montones de libros que sólo me daban un pedacito de la información. Las letras de canciones que me gustaban no las podía buscar en google y teníamos que recurrir a nuestros, casi siempre, odiosos maestros de inglés.

La vida cambio un poco cuando hice mi licenciatura; pero como aún era un aprendizaje dirigido tenía que recurrir muchísimas veces a libros antiquisimos en la biblioteca; para buscar cosas sencillas y que ahora fácilmente podría encontrar con un googlelazo.

Ahora que estudio mi maestría, nuevamente recurro a libros, pero puedo elegir más fácilmente y sin perder tiempo la información relevante. Digamoslo así: se eficiento la manera de hacer tareas; para quienes todavía hacen tareas a consciencia.

Ahora cuál es el proceso de hacer tarea para un niño de primaria. Prende su computadora, la conexión a internet es de alta velocidad así que no tiene que importunar a su familia sin el teléfono; abre la página de google y escribe : colores primarios. Hace tarea de kinder, es decir corta y pega e imprime sin leer muy seguramente. Al otro día 10 niños tienen la misma tarea. Antes lo peor que te pasaba era que en la papelería cercana a casa de tu amiga vendieran una monografía más bonita que la que habías comprado.

Si yo fuera maestra obligaría a mis alumnos a ir de reversa. Las tareas a mano o a máquina.

En la página de preguntas y respuestas de yahoo un muchachito con notables faltas de ortografía pedía el resumen del "Perquillo Sarniento". Debe ser un reto para los profesores en nuestros días fomentar la lectura, y la búsqueda del conocimiento.

La tecnología debería avanzar al mismo ritmo que la consciencia humana porque no todas las respuestas de la vida están en google o yahoo. Aún están borrosas



Monday, September 03, 2007

Contrastes

Me considero una persona espiritual, una persona que cree en Dios y piensa que existe un equilibrio universal que permite que todos tengamos lo que merecemos. Quiero decir, que como predica el refrán, cosechas lo que siembras, ni más ni menos.

En los centros comerciales, es raro el día o la hora en la que hay espacio para escoger libremente el lugar en el estacionamiento. Los pasillos están llenos de personas que están en la constante búsqueda del estatus que parece dar el comprar en cierta tienda de la ciudad con la etiqueta de exclusividad.

No están en búsqueda de un pantalón cómodo y de alta calidad. Si tienen la firma de una persona que los diseño en Nueva York pueden costar diez veces más de lo que en realidad deberían-por cierto son maquilados en los países más pobres por unos cuantos pesos, incluso hasta centavos por pieza.

Los diseñadores tienen que comer y dedican su vida a hacer diseños únicos para personas que no se sienten únicas y tienden a pensar que la ropa que usan son ellos, entre más cara sea su ropa se convierten en mejores personas.

Y pasan, por ejemplo, justo al lado de un policía que permanece 10 horas de pie.

¿Alguna vez los han visto? Entre esa manada de compradores que pasean de tienda en tienda, están ahí de pie, haciendo el trabajo por el que quincena a quincena les pagan, dígamoslo así: lo suficiente. Con ese pago no podría aspirar algún día usar un pantalón que le diera estatus que tan caro se vende en las tiendas en las que trabaja. Solo aspira a que el dinero le alcance para dar de comer a sus hijos y permitirles ir a una escuela pública, quiere que tengan una vida mejor.

¿Está cosechando lo que siembra? Tal vez le hizo falta esfuerzo o sus circunstancias no le permitieron obtener más. Pero también existe la posibilidad que su vida le satisfaga y sea feliz.

No lo sé.

Ya que estamos dentro de mis teorías tengo otra sobre la pobreza. Existe la pobreza de elección. Elijo una pareja porque es momento de tener pareja y estoy con ella mientras mi miedo a estar solo no me deje salir de esta situación. Elijo un trabajo que no me exige mucho de mi esfuerzo y en el que puedo dedicarme a limarme las uñas y probarme zapatos. Al final elegi seguir donde estoy y no desear nada más por miedo a no poder conseguir lo que deseo. Ya que lo escribí, creo que esta pobreza puede llamarse también de miedo.

Pero también, en la otra mano, existen los que las circunstancias donde nacieron los dejaron sin opciones para elegir y son los que para salir adelante cosen blusas por 20 centavos la pieza. Esos son los contrastes que no soporto y me irritan.

¿Y en dónde estoy yo? ¿Cómo puedo juzgar tan fríamente? ¿Quién me dio el derecho a decirle a los demás en qué están mal y en qué estan bien? ¿Qué código extraño e indecifrable para los demás tengo escrito en la planta del pie que me siento con el derecho supremo a juzgar?

A veces soy muy poco tolerante con los demás, pero cuando menos tolerante soy es cuando no me tolero. No sé si finjo o realmente son muy feliz. Siempre busco crecer como profesionista pero sobre todo como persona. Pero esto es lo que más cuesta trabajo y pienso que no todos logran.

Tengo miedo también, miedo a perder el rumbo y pensar que el éxito se basa en cuánto gano y no en cuánto puedo dar. Quiero, al final de mi vida -ocurra cuando quiera ocurrir- sentir que hice muy feliz a alguien, que hice todo lo que quería hacer y hasta más.

Y concluyo que hay sembrar mucho más, para que pueda tranquilamente irme a sentar al parque a ver como mis nietos juegan mientras trato de gritarle al oido a mi sordo esposo que lo amo.

Friday, August 31, 2007

Para los que se tiran al suelo para que los bese el diablo
http://abrazosgratis.org/

Friday, August 24, 2007

Incluso los sueños

Desde que era niña compartía la habitación con alguno de mis hermanos. Cuando era muy pequeña dormíamos mis hermanos mayores y yo en la misma habitación, que está al aldo de mis papás; en ese entonces yo dormía en una pequeña camita de la que no me movía.

Cuando crecimos, la casa también creció y nos asignaron a mi hermana y a mi a una habitación. No recuerdo muchas anécdotas de esos años. Cuando Selene leyo Drácula, me hacía irme a dormir a su cama porque tenía miedo de amanecer con dos puntitos rojos en su cuello. Alguna vez me caí de la cama y me quedé a dormir en el suelo y en otra ocasión me senté en la cama ví a Selene y le dije -¡que bonito suéter!- y volví a dormir. Pero nada del otro mundo.

Por su parte el Juli no había compartido la habitación con otra persona más que en contadas ocasiones. Es por eso que ahora que dormimos juntos nos pasan muchas cosas, que seguramente hacíamos antes pero al estar solos las olvidabamos.

Los primeros días de casados no teníamos una cama grande, así que dormíamos en mi camita individual. Juli recibió más de un codazo en su cara durante esas noches así que nos decidimos a organizar nuestro cuarto con una cama más grande.

Hay que sumarle además a esto de dormir con alguien que pueda contarte y asegurarte que hablas dormido o que roncas, el qué tan loco esté.

La otra noche el Juli escuchó como que lloraba, entonces se acercó y me preguntó sí tenía algo -¡Nooo!- le contesté con una carcajada -lo que pasa es que Marianela me contó algo muy chistoso-. Y seguí durmiendo.

Hace una semana decidí no bañarme por la noche y levantarme a darme un baño. A las dos de la mañana el Juli se paró, prendió la luz y me dijo que me parara, porque ya era hora de bañarme. Yo lo miré, en realidad sólo giré mi cara hacia él, porque no podía abrir los ojos, y me quejé en swuahili -que a las dos de la mañana es el único idioma que domino-.

Supongo que vio que su esposa seguía en el país de los sueños que revisó el reloj y se dio cuenta de la hora. Lo único que me dijo el malvado fue que me durmiera, que todavía faltaba para levantarnos. Pero no me dijo qué hora era. Así que media hora más tarde fui yo la que espantada. Pregunté si ya me tenía que bañar, en ese momento Juli me dijo qué hora era.

Últimamente he estado pensando mucho en geografía, quiero que al leer las noticias sepa exactamente dónde está Malta, Micronesia o Madagascar. Pero tanto pienso en ello que me la paso soñando con países que no encuentro. Anoche el Juli me preguntó si estaba bien, porque movía las manos de un lado al otro. Le respondí que sí, que solo le estaba mostrando a su mamá dónde estaba Macedonia. Me di cuenta que él se ha dado por vencido ante la geografía y las viejitas -de las que hablaré luego- porque se rio y dijo que estaba bien, que siguiera explicándole.

Y hay más que he comenzado a olvidar, por eso es mejor anotarlas. La conclusión que tengo es que cuando te casas compartes todo, incluso los sueños.

Monday, August 20, 2007

La sugestión

Si hicieran un concurso de la persona más sugestionable del planeta, estaría entre los finalistas. No puedo asegurar que sería la ganadora porque este mundo esta lleno de sorpresas, pero en definitiva sería finalista.


Por fin he crecido y después de varios tropezones ya no creo en cadenas, ni si quiera las reenvío. Bueno, bueno, tengo que confesar que antes de dudar de su veracidad investigo en internet para ver qué tienen de rescatable: el 98% son mentiras.


El otro día viajando por internet aprendiendo cómo retocar las fotografías de la boda se me apareció un mensaje que me sugestiono más que cualquier cosa:



Si no comentas este mensaje 10 veces tu madre morira en cuatro días


Abrí mis ojos, grandes muy grandes, comencé a sudar, sentía como gotitas en la sangre -como dijera el sabio filósofo Ahui- y corrí a llamarle a Julián


-Julián, Julián, leí algo que me asustó mucho- le dije con voz de mujer en dificultades.


-¿Qué leíste?- preguntó conm voz de hombre preocupado por las dificultades que atravieza su esposa. Leí-respondí- un mensaje que decía bla bla bla-.


-Ay amor -dijo cambiando el tono completamente de preocupación a lástima por mi mente débil- no debes creer en esas cosas, imagina que entro al baño y leo "Puto el que lo lea". Y después salgo del baño cantando y bailando "No vale la pena, lo que estoy sufirendo, son muy pocos besos para un enamorado".




Con ese argumento me convenció de que no debo sugestionarme por cualquier cosa. Ahora he aprendido la lección

Friday, July 20, 2007

Sola

Hoy amanecí sola. Pero eso me pasa por envidiosa.

Ayer fuimos a ver a los papás del Juli, y como ya estaba muy cansada no espere a que su papá se fuera a dormir y desocupara el cuarto en el que normalmente dormimos. Estaba viendo una película así que preferí no molestarlo.

La única habitación libre era la del Juli, pero que tiene sólo una cama individual. Me acosté a la orilla dejando, según yo, el espacio suficiente para que Julián se durmiera. Me quede profundamente dormida y cuando desperté, seis horas después, me dí cuenta de que Julián no estaba.

Pero la cama no estaba tibia, lo que quería decir que ni siquiera se había acostado. Pasé por varias etapas, primero me enojé muchísmo porque Julián se había quedado dormido en otro lugar distinto al mío. La siguiente fue resignación, más por sueño que por otra cosa y la última fue el pensar en que podía ir a donde seguramente había dormido y acostarme junto a él.

Me levanté y apenas di un paso lo pisé, estaba "tirado" en el piso.

Se había quedado a dormir en el piso, con cobijas y todo. En ese momento, después del pisotón, todo mi enojo desaparecío; porque la razón que me dio -esperemos sea la verdadera- fue que cuando se iba a acostar yo estaba ocupando casi toda la cama y no quiso despertarme.

Llevamos un mes de casados y ya estoy acostumbrada a despertar junto a él. Más que acostumbrada, me gusta porque es la última persona que veo y escucho al acostarme y la primera que veo y escucho al despertarme.

Tuesday, July 10, 2007

El club de los buena gente

Que caray, he andado muy escritora este mes.

En esta ocasión lo utilizo, nuevamente, como terepia porque estoy entre enojada y como Lupita D'Alessio, decidida a que Hoy voy a cambiar.

Marianela y yo tenemos un grupo de personas en el trabajo a las que nos gusta ayudar, pero sin regalarles el dinero. Esta la vendedora de tupperware y betterware; la que vende cosméticos; la que vende comida; el que vende dulces; la que vende ropa interior y el que bolea los zapatos.

Son personas que venden estos servicios o productos para salir adelante; ayudar en su casa o aumentar un poco el sueldo que reciben aqui. Pero hay un gran problema: a veces abusan.

No es sólo el hecho que tengamos pilas de tupperware y que pensemos que lo que existe en el catálogo de betterware no sirva o de que no nos maquillemos ni comamos casi dulces o simplemente que no nos guste que la secretaria de recursos humanos sepa de qué color usamos nuestros chones.

No, hay una lista de acciones que nos hacen pensar que nos pasamos de buena gente. Una de ellas es el motivo de que yo me encuentre aqui mal redactando estas líneas.

Llegó el sr. de los dulces, Marianela pagó una alegría, unas papas que le debía y uno chicharrones que yo había elegido. En el momento en el que la operación se estaba efectuando yo tomé una llamada y cuando regresé les dijé que yo quería un chocolate y unos cacahuates; los chicharrones ya no.

Como nunca se me han dado las matemáticas el Sr. B me cobró el importe de los cacahuates y del chocolate, medio me convencio de que me había hecho un descuento por el cambio de producto, de chicharrones a cacahuates.

Salí un momento de mi oficina mientras masticaba por qué había tenido que pagar los cacahuates puesto que Mariela pagó los chicharrones. Regresé y le pregunté si ella ya había pagado. Regresamos al Sr. y todavía se hizo el ofendido porque a mi me había dado el descuentazo de la diferencia de precios.

Total que no lo convencimos, y fue lo peor porque aunque nos haya regresado nuestro dinero que al final no importa, se ofendió. Es decir, abuso de mi falta de habilidad matemática y financiera y todavía se hace el loquito cuando se le reclama. Faltaba más sobraba menos.

En ese momento caimos en la cuenta de cuánto han abusado de nosotras, la Sra. del tupper que nos enteramos que no gana tan mal y nos pide dinero y no nos paga, la de la ropa interior que no nos trae nuestros pedidos pero tampoco nos regresa el dinero, el que se le paga un artículo por adelantado y finge que ya lo tiene pero que no ha podido llevarlo a su destino y no recuerdo más pero por ahí debe haber.

Ya no me enojo y mejor me río, no me queda de otra...hoy voy a cambiar e intentaré comprar sólo lo que necesite

La boda


Se despertó muy nerviosa, la definición más adecuada sería ansiosa. Lo único que quería era que los minutos corrieran aunque se tropezaran con las horas y los segundos, con tal de que llegara la tan esperada hora.

Cuando se levantó ya estaban todas sus tías arreglando vestidos y tratando de terminar todos los detalles faltantes. Parecía que estaba en la película de My Big Fat Greek Wedding (Casarse está en Griego). Muchas mujeres poniendose guapas mientras los segundos, minutos y horas estaban corriendo en un maratón.

Cuando se dio cuenta era hora de ir a recoger su ramo. Iba tratando de conservar la calma de su papá y no hacerlo explotar en una crísis nerviosa sólo porque se puso el alto y el coche de adelante no tenía tanta prisa como él. Llegaron a la florería y el florero -es decir la persona que hace los ramos- le entregó un ramo completamente distinto al que había acordado, y no porque no estuviera claramente estipulado que tendría tulipanes blancos . Sino porque no se parecía al de la foto.

Tenía un debate emocional, llevarse el ramo tal cual aunque pareciera que sólo tomó unas gladiolas y nubes o discutir con el florero para obtener que rehiciera el ramo con el riesgo de que su papá se bajara del coche con toda el estrés que parecía no poder manejar e intentara - porque nadie puede asegurar que lo lograría- golpear al pobre hombre.

Se decidió reclamar, al fin y al cabo iba también lista para entrar a la batalla y ya le había echado el ojo a un florero que podía romperle en la cabeza. Por suerte el hombre notó los pensamientos asesinos que pasaban por la cabeza de la novia neurótica, que en ese momento era, y lo redecoró con rosas blancas, y casablancas.

Tan sólo piso su casa dejar el ramo y dejar instrucciones que más tarde se enteró que nadie entendio o si las entendieron no le dieron importancia y corrió al salon de belleza de donde más de cuatro horas después -sí cuatro largas y dolorosas horas- saldría radiante, o al menos ella se sentía así.

Y digo largas por lo dolorosas, no porque la relatividad hubiera fallado y las horas duraran lo normal en ese momento en que estaba nerviosa porque no había probado bocado desde el desayuno y no llegaría a tiempo a la iglesia terminando por deshacerle los nervios al Juli.

El peinado terminó por no parecerse al que había pedido, siempre le pasa. Después el maquillaje, recostada en una silla bastante incómoda, levantando el cuello para el lado derecho y haciendo la cabeza hacia atrás y a la izquierda. Recibiendo en su rostro el montón de productos de los que no conoce el nombre ni función.

Mientras la maquillaban trataba de mantener el control de la situación, su mejor amigo iba a pasar por ella y no había llegado y ya eran las cinco (ya después se dio cuenta de lo loca que andaba porque la misa era a las siete). Lo llamaba, llamaba a su casa, lo volvía a llamar. Gracias a Dios es un amigo verdadero y no la mandó mucho muy lejos a ella y su ansiedad.

Por fin salió, 5.15 pm

Llegó a su casa, pidio que le dieran de comer a su amigo, que ya tenía 10 minutos de haber llegado. Y corrió a vestirse, ahora sí para dejarse puesto su vestido por horas. Su mamá y su hermana la ayudaron y dieron las puntadas faltantes a su ajuar.

Se miro en el espejo y se dio cuenta de que el instante que había planeado durante prácticamente toda su vida había llegado. Estaba envuelta en tul, con una tiara en la cabeza y una sonrisa de tonta que no se le ha borrado -y quizá ya nunca se borre-.

Tal vez la descripción anterior no permita que se pueda imaginar que se veía bonita y más bien llega a nuestra cabeza un niño Dios en un día de la Candelaria; pero era una novia muy feliz y ni aunque hubiera sido un auténtico pastel escurrido se habría borrado esa felicidad.

Escribo esto en tercera persona para darme un pretexto de contar la historia con todos sus detalles . Quizá si la contara en primera persona tendría que ocultar mi emoción.

Monday, July 09, 2007

Achtung

Cuando miro mi blog me doy cuenta que es un reflejo de mi cabecita y mis pensamientos . No sigo una secuencia lógica en mis entradas, hablo de todo y de nada a la vez. Tengo días planeando escribir sobre La boda, y no me ha dado tiempo de pensar bien qué quiero decir (porque no hago un borrador previo).

La introducción fue sólo para dar a entender que no hablaré sobre nada personal en esta ocasión, le pasó a un amigo de un amigo (y esta vez sí es real).

Hace unos meses Abel iba hacia el hospital porque tenía un dolor que le estaba dando lata desde varios días atrás, cuando chocó. Fue a revisión y regresó a su casa. Su hermana horas más tarde tuvo que llevarlo nuevamente al hospital porque tenía una hemorragía.

El diagnóstico fue cáncer, y desde entonces ha estado entre médicos y estancias en hospitales cada vez, según me cuentan, más débil.

Hasta aqui la historía me asustó, Abel es una persona de no más de treinta años, estudiante de doctorado con una vida aparentemente sana. Muchas de las personas que yo conozco tienen esta apariencia y el pensar que la juventud no es sinónimo de salud me da miedo.

Pero Abel tenía más detrás de él. El viernes nos enteramos que tiene sida. Cáncer y SIDA, debe ser muy difícil para una persona lidiar con esas dos enfermedades que de solo escucharlas nos recorre un escalofrío por todo el cuerpo.

Abel fue muy cruel e irresponsable, él sabía que tenía SIDA e hizo su vida normal, sin tomar las precauciones necesarias para no contagiar a alguien más con la enfermedad. Con todas sus letras, tenía relaciones sexuales sin protección.

La cuestión para una persona como yo -bastante conservadora al menos en lo que a variedad de parejas respecta- es realmente alarmante, no tenía una sola pareja y era bisexual.

Cuando las personas con quienes tuvo relaciones se enteraron de lo que les había hecho obviamente se enojaron. Su mejor amiga lo perdonó -creo que no hubiera podido hacerlo de no ser porque las pruebas reflejaron que ella no está infectada de SIDA-

Es doloroso ver como una persona tiene ese nivel de egoísmo, como se suicida lentamente y busca arrastrar con él a quien pueda; sin importarle siquiera si es su mejor amiga.

Se los cuento para que tomen de la historia la moraleja que para ustedes aplique mejor. A mi me deja pensando en si no podemos confiar en nadie, ni en nuetro mejor amigo. Sé, y no quiero por esta historia cambiar, que tengo mis deditos de una mano llenos con personas en las que puedo confiar enteramente... pero aún así trataré de no olvidarla.

Por Abel, ojalá Dios pueda perdonarlo, y le permita vivir en paz.

Friday, July 06, 2007

Así será mi vida de casada...


Thursday, July 05, 2007

Si el hombre pudiera decir lo que ama


Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia: si no te conozco, no he vivido; si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

Luis Cernuda

Monday, June 18, 2007

Pastel escurrido





Hace un par de semanas me puse a llorar como loca, pero no sin razón. Julián y yo estabamos hojeando la revista de donde tomamos el modelo del vestido que usaré. Cuando pasamos por él, le pregunté a Julián qué le parecía ese vestido, el respondió que no le gustaba porque parecía pastel escurrido.

Puse mi cara de niña regañada, con el puchero en la boca y las lágrimas a punto de brotar. Julián obviamente se dio cuenta de que ESE era mi vestido y trató de arreglar el asunto. Subimos a mi habitación y me puse a llorar, con ese sentimiento que me hace recordar mis años de infancia - estoy segura que lo entienden, que sientes que de pronto se acaba el aire de tus pulmones de tanto llorar y comienzas a respirar entre cortado y cuando por fin terminas de llorar te sientes vacío -

Julián no sabía ni qué hacer para evitar que me sintiera tan mal porque el día de mi boda a él le parecería un pastel escurrido. Ya después de un rato entendí mi berrinche mientras él me consentía y buscaba las palabras adecuadas para evitar que me deprimiera por lo que había hecho.

Ahora que mi vestido ya está terminado, me lo pruebo y me siento feliz y emocionada. Pero en cuanto me lo quito las dudas me asaltan por la idea de que Julián pensará que parezco pastel escurrido y me lo pruebo nuevamente. Así ha sido todo el fin de semana.

Friday, May 25, 2007

Memoria

Estoy muy enojada porque perdi mi memoria. Supongo existen personas que se sentirían satisfechas que de pronto no tienen memoria y poder comenzar todo nuevamente. Quizá en esta ocasión se reirian más de si mismos, brincarían en los charcos y definitivamente comerían el doble de chocolate, al fin y al cabo no pueden recordar si eran muy tímidos, se resfriaban fácilmente y tenían problemas con el consumo de azúcar.

Lo malo en mi caso es que la memoria que perdí no es esa que nos ata a seguir siendo como somos y continuar con nuestra vida con el respaldo de conocimientos y experiencias que permiten dirigir nuestro camino.

No, la memoria que perdí fue mi memoria usb; y me enoja tener que decir perdi porque eso sólo sirve para empeorar la imagen que el mundo tiene de mi: una distraida mujer que nunca presta atención a lo que hace o dice y vaga por el mundo como un alma en pena. Que no puede conservar nada, ni en la cabeza, ni en sus manos.

El perder toda la información de mi escuela, trabajo, fotografías de Julián y mías, lista de invitados a La Boda, control de gastos me pone muy de malas, mucho muchísimo. Quiero suponer que me pondría igual de malas en cualquier momento de mi vida y que no estoy más irritable por La Boda.

Es extraño que buena terapia es escribir; mientras intentaba hacer el recuento de todo lo que perdí, analicé la situación. Quizá sí está en mi casa como insisten en recomendarme buscar, tal vez lo que perdí fue la memoria de lo que hice durante la tarde y noche de ayer y durante ese intervalo la saqué de su lugar habitual, la use, la coloqué en un escondite adecuado y después me dormí.

Además de todo tengo copias. Lo único que verdaderamente me molesta pensar es que la última vez que la recuerdo estaba en mis manos que se dirigían a colocarla en mi escritorio. De ahí todo es borroso y confuso, pero sí la dejé en mi escritorio por qué no está aqui hoy.

En fin, me relajo y acaricio mis orejas, la vida tiene que continuar aunque no tenga memoria

Wednesday, May 16, 2007

Voy a soy papá


La vida te da sorpresas, algunas muy gratas otras no tanto y otras de plano son de esas sopresas que prefieres le toquen al de al lado y no a ti.

El sábado ibamos llegando el Juli y yo a casa de mis papás y estabamos saludando cuando sin ningún preámbulo me pregunta mi hermano si recordaba a su amigo Trick y sin esperar respuesta me dice, que se acababa de enterar que era papá.

Pues sí, ese muchacho la noche anterior había salido a un bar con mi hermano y disfrutaba de la vida y de su libertad. El sábado por la mañana su novia le llamó para avisarle que estaba en el hospital porque habían comenzado las cotracciones.

Contracciones, me imagino que corazón de Trick al escuchar esa palabra se fue directo al estómago, y la lengua se salió de su boca y se extendio hasta el suelo. Como de caricatura.

Como pudo se vistió y se dirigio al hospital en donde tres horas después nacería su hija. Travieza la criaturita porque cuando menos pudo hacer que el trabajo de parto durara un par de hoas más mientras Trick vendía todo lo vendible y se acostumbraba a la difícil idea de ser papá. Mi hermana tuvo un trabajo de parto larguísimo, fueron aproximadamente 20 horas, 20 horas valiosísimas para asimilar la noticia.

Varias dudas me surgen ante este hecho. La primera es dónde fregados se escondio la niña, como para que su papá no se diera cuenta de su existencia. La segunda tiene que ver con lo anterior; y es si el papá será tan distraido, por no decir otra cosa, que no se dio cuenta del aumento de peso de su novia. La tercera, que supongo es la que más le atormenta, es la razón por la que su novia lo ocultó.

Monday, May 07, 2007

Cumpliendo una promesa



Erase una vez en un país muy, muy lejano una bella princesa, quizá no tan bella ni tan princesa aunque desciende directamente de Ana del Real, que se enamoró de un principe encantador, que tampoco tiene la sangre tan azul como se esperaría, pero de que es encantador no hay duda.

Alguna vez, antes de que se tuvieran que separar por sus reales ocupaciones, él la llevo a una bella terraza del castillo que les servía como escuela. Ahí, la rodeo con sus brazos y le pidio que mirara al horizonte y le respondiera si alcanzaba a ver dónde terminaba el cielo; ella, extrañada, le respondio que no. Él lentamente se acercó a ella y mirándola a los ojos le dijo que así era su amor, tan grande que aunque supieramos que tenía un final no lo podríamos alcanzar jamás.

Ella, como toda bella princesa, comenzó a llorar mientras él le pedía que estuvieran juntos por el resto de sus vidas, que por favor aceptara ser su esposa y aunque no podía ofrecerle un castillo o palacio ni un reino, sería la dueña de su amor y vida. La bella princesa lo beso y le respondió que sí, que lo amaba muchísimo, que su amor llenaba su vida y su corazón y no concebía la vida sin el... o quizá sólo lo besó y le dijo un simple y sencillo te amo que resumía todo lo que pensó decir.

Pero, siempre hay un pero, como aún no terminaban sus reales estudios ni tenían dinero para comprar un castillo, de 60 metros cuadrados, tuvieron que esperar y hace un año mientras celebraban su aniversario tomando un café él le mostró un regalo que traía para ella: una caja de chicles. Como ella no había comido dulces antes del café no pudo soportar las ganas de comer uno de los chicles de las chicas super poderosas y abrio la caja, que no traía chicles, sino un anillo de compromiso, el mismo que 30 años atrás su papá le había regalado a su mamá.

Como pocas veces en su vida, se quedo callada y, otra vez, un sencillo te amo salio de su boca.

El sabado pasado se casaron, la mitad de lo casados que pueden estar y en unas cuantas semanas se casaran ante Dios para cumplir con la promesa que hace más de seis años se hicieron en la terraza de un castillo (o tal vez fue en un salón vacío de su escuela)

Wednesday, April 25, 2007

Cuenta regresiva

Hoy me estaba preparando para salir a mi trabajo, abrí mi cajón con el montón de productos de belleza, que obviamente son una farsa, y me dí cuenta que en dos meses esa ya no será mi rutina. Comprendí que dejaré de ser la niña consentida de papá y mamá; que no bajaré y encontraré mi comida preparada y guardada en un tupper; que ya no seré la compañía de mi mamá en el mercado, o de mi papá viendo una aburrida película. Como dicen por ahí "me cayo el veinte", todos esos pequeños detalles que forman mi vida diaria ya no estarán y seguramente extrañaré tanto a mis papás que como típica vieja loca que soy, les dedicaré más tiempo del que ahora les doy.

Me dio tristeza darme cuenta de que mi vida se transformará por completo. Diría mi madre: es la ley de la vida. Y su boca estaría embarrada de puritita verdad, porque ahora tengo que salir de mi nido a formar otro; para esto elegí al amor de mi vida, nos elegimos. Así juntos formaremos una familia, que se añadirá a la que ya tenemos, en la que seremos tan felices como lo hemos sido hasta hoy.

Ese manojo de sentimientos del que fui presa hoy en la mañana hizo que llegara tardísimo a mi trabajo.

Tenemos problemas económicos, el pagar una boda y tratar de pagar lo que será nuestro nuevo hogar se nos ha salido de las manos. Cada vez falta menos tiempo y nos faltan más cosas (parece que los pendientes se reproducen) y el estrés comienza a notarse en mi piel y en mi humor. Pero lo peor es que el Juli también está estresado, caray no quiero que los preparativos sean para enojarnos.

No ando de malas, lo juro, hoy al menos no. La que llego de muy mal humor es mi amiga, caray nuevamente, si me le acerco me muerde. Me acaba de regañar porque no llené hasta el tope la botella de agua.

Tal vez estoy entrando a un universo paralelo en el que YO estoy de buenas a pesar de la adversidad, yo la mujer voluble no lo soy más y no permito que las presiones laborales y personales acaben con mi buen humor y por otro lado ahora las personas que normalmente soportan mi mal humor ahora están que no los calienta ni el sol y tengo que sonreir, quedarme callada y esperar a que tengan la paciencia de siempre. Esta bien, acepto el reto y soportaré su estrés y humor... pero tomaré mi venganza.

Pero es que yo tengo un arma poderosísima que si llega a caer en manos enemigas puede destruir al mundo (ok no, estoy otra vez divagando). Mi arma es que cuando siento que la boda saldrá horrible, que terminarémos comiendo en platos desechables y tomando cañabar; cierro los ojos y me veo con mi vestido de tul, caminando directo hacia donde está Julián, con una hermosa sonrisa... esperándome. Esa sonrisa hace que todo valga la pena.

Tuesday, April 24, 2007

El patriota

Andaba vagando de aqui para allá entre carpetas de mi máquina, brincaba de un lado al otro y de repente se cruzó en mi camino una carpeta con fotos que mi hermano me había enviado.

Como si fuera una olla de oro apareció ante mi la imagen de un héroe mexicano, mirando hacia el horizonte, con un atardecer entre los árboles como escenario, parado junto al no menos heroíco Pancho Villa, o al menos una vaga representación del mismo.

Quizá exageré un poco, o un mucho... sí sí, no es un héroe nacional, pero para mi familia es un modelo; trabajador y honrado; comprometido con los ideales de la Revolución (porque ama a su tierra y la trabaja pero no porque piense repartirla).

No estoy segura quién tomo esta foto, si mi abuelo posó o si pararse junto al busto de Villa es la actividad que hace antes de que se oculte el sol; pero me alegro de tener una copia de la foto que refleja un poco de la personalidad de mi abuelo.

Tuesday, April 10, 2007

La revolución de las máquinas...

... cobradoras del estacionamiento.

Pasé por él al aeropuerto y como siempre llegué tarde, por suerte no se enojó porque después de tanto tiempo de no vernos hubiera sido muy triste enojarnos por algo tan chiquito como 15 minutos. Decidimos ir a un centro comercial para comprar su regalo de cumpleaños, no era muy tarde y nos daría tiempo de pasear un rato.
Entramos y mientras caminabamos rumbo a las escaleras para subir a la plaza Juli miro hacia el coche y dijo -Nos quedamos en ... en ... amarillo. -Sí- respondí -manzana amarilla-.
Estuvimos un buen rato dentro del centro comercial, compramos su regalo, un regalo que me compre porque me quiero mucho y cenamos. Cuando terminamos de cenar casi todos los comercios estaban cerrando, así que nos dirigimos al estacionamiento y al tratar de pagar con un billete de 100 pesos en el módulo de prepago, la máquina no nos lo aceptó, así que rápidamente buscamos en nuestras bolsas los centavitos que ayudaran a completar el monto. Encontramos 34 pesos de los 28 que nos estaba cobrando, en ese momento sentimos que tuvimos suerte. Cuando volvimos a meter el boleto para que nos cobrara ya eran 30 pesos, pero aún nos sobró dinero.
Caminamos hacia manzana amarilla y para nuestra sorpresa sólo tenía tres coches estacionados, pero ninguno de esos era el nuestro. Nuestras carcajadas se fueron poco a poco borrando porque por más que recorríamos de un lado a otro toda la manzana amarilla no lograbamos encontrar nuestro coche; puse cara de preocupación, puso cara de preocupación y un policía amablemente nos preguntó las placas de nuestro coche y también puso cara de preocupación cuando él tampoco pudo encontrarlo.
Al otro lado de manzana amarilla está pera verde, le propuse a Julián ir a buscarlo allá, mientras yo iba a ver cuánto tiempo teníamos de los 15 minutos de prórroga para salir del estacionamiento.
, no estaba ni en lo amarillo ni en una manzana sino en pera verde.
Nos subimos corriendo al coche porque teníamos dos minutos y no encontrabamos nuestra salida. Cuando por fin llegamos, Juli introduce el boleto y nos cobro seis pesos, ¡seis pesos!! No teníamos semejante cantidad dinero, sólo teníamos cuatro pesos. Noté que la furia de Julián comenzaba a surgir y me dio miedo protagonizar una pelea entre las máquinas cobradoras y él. Con toda la paciencia que pudo encontrar presionó el botón rojo de ayuda y un muchacho muy amable le explicó que tenía que salir de la fila y pagar en los módulos de prepago, ya que nuestros 100 pesos otra vez no servían.
Salió Julián de la fila, se estacionó y volteo a mirarme mientras me pedía el boleto
-¡¿El boleto?!?!-
-Sí, el boleto-
- Pero yo no lo tengo, tú lo metiste en la máquina...
Sí, se quedó en la máquina, corrió a buscarlo mientras yo desesperadamente trataba de alcanzar un peso que hacía una semana se me había caído debajo del asiento. Cuando regresó me dijo que no lo había encontrado ya y se fue al módulo de administración de sus peores enemigas.
Salí corriendo del coche a toda la velocidad que puedo mientras trataba de alcanzarlo y le rogaba que por favor no se enojara.
Por suerte el personal que administra esas máquinitas fueron bastante amables, sacaron el boletito y nos cobraron 10 pesos. Julián saco su billete de 100 pesos y por fin nos dejaron libres.
Ya después de todo no podíamos dejar de reir porque estuvimos más de media hora tratando de huir de ese estacionamiento. Andabamos en la luna completamente, pero lo peor, o lo mejor según donde se vea, es que andabamos juntos.

Wednesday, March 21, 2007

"Albóndiga" de granaditas

Es muy gracioso recordar todas aquellas frases que solíamos pensar que estaban correctas y sin ningún empacho las decíamos al mundo. Hoy recordé esa de la "albóndiga" de granaditas, sonaba un lugar muy sabroso, pero atrevido; quiero decir me gustan las albóndigas pero de granada es un platillo muy exótico.

Cuando mi hermano era muy chiquito decía unas bárbaras: sagolina (gasolina); chorcolata (corcholata), murciégalo (muricélago); "cómo podrán salir de este enruedo". Pero mi favorita sin dudarlo es cuando cataba la canción de los Hombres G, Venecia, y decía:
  • Vamos juntos, hasta Italia quiero comprarme aunque sea unas mallas. La canción dice quiero comprarme un jersey (lo dicen como se lee) a rayas

Tengo que confesar que mi dislexia y dislalia hacen que yo siga cometiendo ese tipo de errores, más que comúnmente. A mi mamá le da risa cuando tengo que usar mis dedos para decir palabras complicadísimas para mi, como "descontracturar" y "telenovela" (todavía digo tenelovela).

Y es que no me he esforzado por madurar, hoy venía comiendo un mango con chamoy y miguelito, por cierto muy rico, y comencé a sentir fresco en mi pierna izquierda...me faltaban 50 pasos para llegar a mi oficina, mire hacia abajo y confirmé mis sospechas, lo que refrescaba mi piernita no era baba (gracias a Dios), ni lluvia, ni agua de charco. No, era chamoy extendido a lo largo de mi pantalón beige. Cuando menos tengo la capacidad de reirme de mi misma hasta desatornillarme, una vez que se me pasó la risa pude subir al baño a lavar mi pantalón y por suerte no se nota.

Comencé hablando de la albóndiga de granaditas y terminé con mi pantalón mugroso, una conexión debe existir...

Thursday, March 15, 2007

Todo queda entre amigos

Mi mamá es muy sensible pero procura tomar las cosas con la cabeza fría, supongo que ha aprendido de mi papá. Antes de viajar a casa de mis abuelos dejó todo listo y con todas sus fuerzas pedía a Dios poder llegar a verla y decirle cuánto la quería; más tarde decidió pedirle que la cuidara, que no era necesario decírle algo que mi abuelita sabía y no la dejara sufrir.
La noche anterior al día en que mi abuela se fue mi mamá se quedó a dormir con ella, en realidad a cuidarla. Mientras velaba que todo estuviera sin contratiempos acariciaba sus blancos cabellos besaba su mejilla y le decía que la quería mucho, que sus nietos y mi papá la ibamos a extrañar pero que ella merecía descansar.Fachita no estaba inconsiente y su pulso se aceleraba cuando escuchaba algo que le emocionara.
Después de que mi mamá notó lo anterior, llegó a pedirle con lágrimas en los ojos a mi abuelo que fuera al hospital y le dijera a mi abuelita todo lo que sentía por ella. Mi abuelo, que no se caracteriza por su fluidez al hablar, le respondio que mi abuelita ya lo sabía. Mi mamá insistió y ambos terminaron llorando, y él accediendo.
Se baño y se arreglo, actividades que cuesta muchísimo trabajo realice porque es como niño y aunque lo mandara el presidente, que para él es un naco, no obedecería. Ese día lo hizo sin empacho, se perfumo y se peino.
Fue el primero en subirse al coche y cuando llego al hospital se quedó a solas con mi abuela. Qué le dijo jamás lo sabré, porque en esa relación la comunicativa fue mi abuela. Me gusta pensar que tuvo la oportunidad de pedirle perdón por sus errores y faltas; quizá le dijo que la amaba y que los sesenta años que pasaron juntos le ayudarían a superar los que le faltaban por vivir.
También me gusta imaginar que mi abuelita lo escuchó todo y aunque esos tubos que la mantenían con vida pero silenciosa no le permitieron decir una sola palabra, lo perdono. Tal vez en sus pensamientos le respondio que ella también lo quiso, y que iba a extrañarlo.
Dios les dio ese último instante juntos, fue un regalo. Mi abuelita debió estar ansiosa de esa visita y de ese adios de la persona con quien más momentos felices compartió, porque ese día nos dejó.
Sus confesiones y perdones quedaron entre amigos.

Monday, February 26, 2007

El papalote rojo azulado

Acaba de pasar Jackie, la secretaria de la gerencia, a preguntar por un pedacito de hilo porque a su hijo se le olvidó su tarea, la cual consistía en un teléfono con dos vasos y un hilo. No tenía hilo para prestarle, pero sí tengo una historia que cuadra con la de ella.
Hace ya muchos años, quitemos muchos, hace un par de años, cuando yo estaba en la primaria me dejaron de tarea hacer un papalote con papel china y palitos de madera. El día en que se suponía tenía que entregarlo me di cuenta que lo había olvidado.
Por suerte hubo junta de padres de familia y cuando mi mamá se iba le dije que sí podía traerme mi papalote que había olvidado. Mientras, yo presumía frente a mis compañeros que mi papalote me había quedado muy bonito y que era color azul.
Al poco rato regresa mi mamá con las manos vacías, y me pregunta que en dónde lo había dejado a lo que respondí, al mismo tiempo que salía con ella del salón, que lo había olvidado por completo, que no lo había hecho y que por favor me lo hiciera. Su regaño debio ser de tal tamaño que lo he bloqueado por completo, no lo recuerdo.
Regresó, gracias a Dios porque esa maestra me daba miedo, con un papalote rojo.
Cuando entré con mi papalote ROJO, les dije a mis compañeros que me había confundido y en la mañana lo había visto azul. A parte de mitómana, daltónica, mala combinación para una niña de ocho años.
Por la tarde mi mamá no me regañó, o lo olvidé como había olvidado hacer mi papalote.

Thursday, February 22, 2007

Fenomenología de mis afectos

Soy una persona que cuando quiere a alguien es de verdad y para siempre. No ando por la vida diciendo "te quiero" si realmente no lo siento. Soy más que honesta, y no me gustan las falsedades porque yo no puedo serlo, se me nota perfectamente cuando estoy enojada, triste o acongojada.
Julián siempre me ha dicho que yo soy todo o nada, o eres mi amigo o mi enemigo. Eso por supuesto que no es así, es como si quisiera ser Presidente o narco, solo ellos son tan extremos.
Pero sí tengo una lista negra y sigue, más o menos, el siguiente procedimiento:
1. Al conocer a una persona dependiendo de su comportamiento son colocados en una lista: la de amables o los groseros.
2. Si es clasificado como amable sigue el flujo, sino es anotado en la lista de los groseros. A veces me doy la oportunidad de conocer a las personas y cambiarlas de clasificación.
3. Se convierte en una persona cercana, se toma ciertas confianzas pero aún está en terreno inseguro. Aquí es donde todo puede cambiar porque existen dos caminos.
4a. Alcanza el nivel de amigo (Mariela, Moy, Vic, mi familia y Julián son los mejores ejemplos). Una vez que llegas a esta clasificación hagas lo que hagas, a menos que sea algo realmente grave, no cambiaras de lista. O
4b. Cuando estás a punto de lograr el nivel de amigo haces algo que te borra de la lista de amables; pero como ya tenía un nivel mayor que los "simplemente amables" pasará a engrosar las filas de aquellos que están en el último nivel de los groseros.
La forma más fácil de llegar a ese nivel es criticar a las personas que más amo, o hablar de mi a mi espalda. Soy sincera, demasiado, lo único que pido es sinceridad. Si entra en este punto es difícil que regrese al nivel anterior.
Soy una engreída si pienso que a las pocas personas (sólo recuerdo cuatro) que están en esta lista el que los haya anotado ahí les importa.
No los mantengo como bruja de cuento de hadas en espera de que pueda tomar revancha de todo lo que me han hecho muajajajaja. No, tengo esa lista para recordarme que la amistad no se debe entregar a cualquier persona, y que debería hacer un examen de admisión más apropiado para que no entre al nivel tres quien no tiene derecho a entrar.
Pero debo cambiar, por mi bien, y dejar de juzgar, sin conocer o incluso conociendo. Aplicar para todas las personas, amables o groseras, la misma vara. Con esa misma seré medida

Empatía


Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
En otras palabras quiere decir ponerse en los zapatos del otro. Debería ser extramadamente fácil cuando amas a alguien, cuando la persona con la que te debes identificar mental y afectivamente es aquella con la que compartes y compartirás tus días, el resto de tu vida. Debería ser fácil si sabes que si él sufre, tú sufres el doble. Debería ser fácil si aprendieras a escuchar sus sentimientos antes que los tuyos (que tienden a ser mezquinos).
Debería...
Mi vida se ha tornado sino complicada, distinta a lo que usualmente era, y debo confesar que el que mi abuelita se haya ido; Julián pase la mayor parte del tiempo lejos; la presión de mis papás porque La boda sea organizada por ellos; la escuela; el trabajo (esa parte tiene nombre) y las demás cosas que llenan mi cabeza; estoy, ya no a dos centímetros de ser una novia neurótica, sino que lo soy a lo ancho y largo.
Pero lo que no logro ser es empática, definitivamente no lo soy. Por más que me encanta esa palabra y lo que trae consigo. Julián también esta lejos de mi, también él se casa, también él estudia y trabaja... lo que debería consolarme y evitar que me sienta como una real y verdadera cucaracha aplastada es que él también me ama y me ama tanto que haría cualquier cosa por mi.
Y mientras escribo ésto estoy a punto de ponerme a llorar nuevamente por todo lo que dije y no debí decir. Porque nuevamente mis deseos de venganza se me escaparon de entre los dientes y me da miedo, un miedo indescriptible que llegue el día en que en su balanza el amor que me tiene deje de ser suficiente como para olvidar y lo más importante perdonar mis majaderías y diga basta.

Thursday, February 08, 2007

Fachita


* * *
Esta foto fue tomada después de romper una piñata y el excéntrico sombrero es una parte de ésta.

Diciendo adios

No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos

Mi abuelita falleció el 29 de enero, el día en que escribí la entrada anterior. Ese día por la noche mi mamá nos llamó y nos comentó que estaba más calmada, pero mientras hablabamos con ella le avisaron que su corazón había dejado de latir.
Un corazón que tenía tanto espacio para que cupieran sus diez hijos (vivos) y sus decenas de nietos e incluso bisnietos, se cansó y quiso reposar. Era justo y si Dios así lo decidió fue lo mejor para ella y para nosotros que la amamos tanto.
Inmediatamente después que supimos la noticia mi papá y yo salimos hacia la casa de mis abuelos; pero yo sentía que era como un sueño, que aquella constante en mi vida no podría cambiar tan radicalmente, que aquella imagen de una mujer en una fresca batita de flores con sus enormes anteojos y una sonrisa enorme iba a estar ahí hasta que mis hijos tuvieran hijos... fue una fase de negación, con la tonta esperanza de que se hubieran equivocado y todo fuera una muy mala broma.
Después de menos de cuatro horas de viaje llegamos al caracterísitico camino que lleva al pueblo de mis abuelos, con el ingenio al final y los cañales a los costados. Mi corazón comenzó a latir muy rápido y mis manos me sudaban, de pronto me di cuenta que no era un sueño, que no era una broma y que al llegar mi abuelita no gritaría su "jejejeee miren nada más quién llego", no saldría con sus pasitos cortos a abrazarnos emocionada y no respondería a mi pregunta sobre cómo estaba con un "pues mírame".
Cuando le comenté eso a mi papá, alguien que le molesta la debilidad humana, me miró y me dijo que ahí estaria, que ahí estaba.
Llegue a la casa de mis abuelos y mi mamá salió a recibirme y mi tía me dijo que cuando pasara a verla no tuviera miedo ni tristeza, que solo iba a ver a mi abuelita dormida. La vi con su mantilla, sus ojitos cerrados y un aire de paz, que me dejó tranquila a mi también.
El papá de mi cuñado falleció hace nueve o diez años, él a su corta edad tuvo que darle la noticia a su mamá, y ha sido una de las explicaciones más ciertas pero a la vez más tristes que he escuchado: mi papá se quedó dormido, pero ya no va a despertar.
Así pasa realmente, sólo estás dormido.
El cuerpo de mi abuelita ahora está vacío de ella, ella debe estar en "su planeta". Y le dije adios con lágrimas, pero sólo a su imagen viva. Porque de mi abuelita nunca podré despedirme, y como dijo Isabel Allende, le doy la bienvenida a su espiritu, pero con alegría.

Monday, January 29, 2007

Doña Eufra


Una pequeña mujer que con el paso de los años se fue haciendo más pequeña, esta muy enferma y me preocupa que deje su cuerpo de abuela y ya no transporte a mi querida abuelita; así como El Principito, que para volver a su planeta donde le espera su flor, tiene que dejar su cuerpo porque es muy pesado para llevarlo con él.
Hoy que hablé con mi mamá me dijo que estaba muy mal, mucho muy mal y como me dijo Julián tenemos que ser fuertes y no egoístas, porque si ella está sufriendo tendremos que dejarla ir.
Por todo esto intentaré hacer una mini biografía de mi querida abuelita, tan objetiva como pueda, que me permita mantener en mi memoria no sólo los detalles que tuvo conmigo, sino también sus ocurrencias que podían hacerme reír hasta desartornillarme o desatinar.
Ella nació en el siglo pasado, como la gran mayoría de los miembros de mi familia, en 1924... hace muchos años atrás. Nació, creció, se enamoró, tuvo hijos y los vio crecer en el mismo lugar.
Cuando iba a la escuela, porque aunque se dude paso varios años por ahí, mi abuelito la veía que no jugaba con las otras niñas, y según él desde ese momento notó que era diferente, tal vez desde entonces supo que estaría más de 50 años con ella.
No puedo recordar cuántos hermanos y hermanas tuvo, y no porque no le pusiera atención a mi mamá o a ella misma cuando me platicaba de cada una de ellas, sino porque mi memoria es mala parece un queso gruyère en donde cada uno de los faltantes los relleno con fantasías y muchas mentiras que hasta yo creo. Lo que sí recuerdo es que fue la menor de todos ellos, y así como uno a uno llegaron antes al mundo, uno a uno se le fueron adelantando.
Hay en su casa una foto en donde mi abuelo, joven y guapo, usa un traje muy elegante, con corbata de moño y ella tiene puesto un vestido de novia muy fino con el que se ve como actriz de la época de oro del cine mexicano; una fotografía retocada pero yo no supe qué tanto hasta que un día revisando en su "beliz" encontré la original, en la que mi abuelo sólo usaba una camisa, fajada gracias a Dios, con un pantalón oscuro y mi abuelita un largo y sencillo vestido blanco.
Quiero que más o menos así sea el recuerdo que tenga de ella, tendré en mi cabeza el original. Pero en mi corazón guardaré con mucho cuidado uno retocado, con sus delicias a la vista, en donde la veré cuando se reía de nosotros porque fingía estar despierta; cuando hablaba con la efe; cuando cocinaba sus deliciosos tintines; el perfume que me regaló y el último abrazo que me dio.

***
Solo le pido a Dios que la cuide y la proteja; porque yo aceptaré su voluntad, que sé, es lo mejor para todos: Dios no juega a los dados.

Friday, January 26, 2007

Tratando de equilibrar

Hace un par de semanas fui a medirme vestidos de novia a unas tiendas que conocía gracias a que trabajaba muy cerca de ellas. Son bastante nice, aunque sólo fui a robarme los diseños. Eso se leyó muy rudo, será mejor decir que fui a tomar ideas para que mi mamá lo confeccione.
Hay muchísimos modelos, cientos sin exagerar, pero en el momento que la vendedora elige uno y te lo lleva, parece que ha elegido el más hermoso de toda la tienda. Una vez que haces tu selección te llevan acompañada de una de las vendedoras a un cuarto, cuyas paredes están cubiertas por espejos (es como el cuarto de espejos de what not to wear). Cuando estás dentro la señorita amablemente te ayuda a desvestirte casi completamente; lo cual no deja de ser un trauma para mi que no soy muy desinhibida y normalmente no me gusta que gente completamente desconocida me vea practicamente desnuda...eso lo dejo para mis amigos los liberales.
El ver mi cuerpo en ropa interior desde todos los ángulos no es la experiencia más reconfortante que he tenido, gracias a esos cuatro espejos descubrí colores y formas nada agradables y que no pensé que las pudiera tener. En definitiva ahora pensaré dos veces antes de ponerme mi precioso traje de baño de dos piezas. Supongo que la vendedora ve cosas peores, ese es mi consuelo.
Pero no me deprimi, aunque lo parezca: al pan, pan y al vino, vino... además tengo el pretexto de que fue justo después de las fiestas de diciembre.
El vestido se me veía muy bien, y no sólo fui yo la que lo afirmo, sino todas las mujeres que me acompañaban. El vestido estaba hermoso, tiene mucha más tela que un traje de baño por tanto no estoy segura si se me veía muy bien o el vestido cubría lo suficiente de mi como para verse bien: por el mismo.
Después de todo el entrar a ese cuarto de espejos dejó en mi un mensaje que mi mamá reafirmo: "tienes que hacer ejercicio". Así pues me he levantado a las 5.15 de la mañana para con todo el sueño del mundo encima subirme a la eliptica, todavía dormida y "correr" un ratito (evito decir los minutos para no minimizar mi esfuerzo) para después hacer pilates, o un intento porque me muevo como catarina boca arriba.
No creo tener otra oportunidad de entrar a un cuarto de espejos, solo espero que después de este gran esfuerzo que he realizado en los últimos días entre con más resignación y lo que vea al menos no me sorprenda.

Tuesday, January 16, 2007

El gran día

Una vez, hace mucho tiempo en un lugar no tan lejano, un hombre le dijo a una mujer el mejor halago que ella jamás hubiera podido imaginar: Me haces muy feliz. Esas cuatro palabras, son muy simples pero están cargadas de una enorme responsabilidad para mí… Pero él para mí también es mi felicidad.

Quitándole la miel al asunto, y llegando al punto de mi post, estoy feliz, verdaderamente feliz. Y es que como diría mi amigo John (Lennon, por supuesto) La vida es lo que te pasa mientras estás ocupado en hacer otras cosas. Tengo que disfrutar cada segundo de mi vida, porque es único e irrepetible. Talvez no pueda hacerlo tan atómico como “cada segundo” pero si debo procurar mantener en mi cabecita que borra todo lo que no usa, o piensa no usará, aquellos momentos dignos de recordar.

Estamos planeando nuestra boda, y hemos estado muy estresados decidiendo el lugar, el banquete, el presupuesto, y todos los etcéteras que un evento como una boda trae consigo. Pero la boda no dura sólo un día, incluye los preparativos que no son más que nuestro intento de hacer de ese día un día perfecto. A partir de ese día comenzamos nuestra vida juntos y ese día refrendo una promesa que seis años atrás le hice, que es tratar de hacerlo muy feliz.

No puedo deshacerme de toda esta miel, espero que más adelante escriba las cosas graciosas que han pasado hasta el momento. Esa era mi intención cuando inicie, lo que logré fue simplemente escribir algo que ya sé: que estoy muy feliz porque quien estará en el altar junto a mi es Julián, y nada más importa.

Wednesday, January 03, 2007

Noticias frescas

En esta época es común que se reuna la familia para compartir la tradicional cena de Navidad o de año nuevo. Mi familia es bastante grande, más si la comparamos con las familias modernas en las que uno o dos hijos son los que junto a los padres las componen.
Esta Navidad la pasamos en casa de mis abuelos maternos, de los cuales ya he hablado anteriormente. Son dos casi adorables viejecitos que viven juntos en una casa en provincia y que son cuidados por una de mis tías, y digo casi porque la mayoría de las personas de edad avanzada se comportan como unos niños de cuatro años pero con la autoridad que les confiere una estirpe de hijos, nietos y bisnietos y por supuesto sus más de siete décadas de vida.
Mi abuela, como la mayoría de las abuelas, habla con la televisión. No hay que interrumpirla cuando ve alguna de sus novelas o los últimamente famosos talk shows.
Laura en América es su favorito, en la mayoría de sus programas, podría asegurar que en todos, una pobre y angustiada mujer es acosada por un hombre que la quiere más que a nada en el mundo y daría todo por ella incluso enfrentarse al enfurecido y, obviamente, alcoholico y macho esposo. Ella es una santa que saca adelante a su familia pero no puede negar que su pretendiente ha logrado hacerla suspirar nuevamente. Mientras ella, la mujer afligida, y él, el nuevo y prometedor pretendiente, estan en el panel Laura trata de convencer a la protagonista de la historia de que su esposo es un mal hombre. Para probarlo hace pasar al marido mientras grita -¡que pase el desgraciado!!!!-. El esposo, haciendo gala de su condición de cavernícola entra al estudio, corre hacia el pretendiente y comienza a golpearlo (los hombres que están detrás de ellos fingen intentar separarlos)...en ese momento mi abuela grita sabiamente -¡andale cabrón!!!!- y toda clase de recomendaciones. El programa casi siempre tiene un desenlace gracioso para mi, pero justo para mi abuela: el marido tiene una amante a la que maltrata constantemente, y la esposa lo abandona.
Mi abuelo, un campesino que a sus ochenta años carga bultos de azúcar en su espalda, esta alejado de todo el mundo por su moderada, pero conveniente para mi abuela, sordera. Yo creo que no está tan sordo como todos pensamos, sólo finge para que las locuras de mi abuelita no lo afecten. Él ama al chavo del ocho, aunque se duerma mientras a nosotros nos obliga a ver su maratón navideño.
Tienen un refrigerador en el que guarda el periódico que no ha leído...mi tía se ríe mientras dice que es que le gusta leer las noticias bien frescas.
Ay mis abuelos, me da mucha risa recordarlos; pero la risa se borra cuando Julián me dice que no hay remedio, seré como mi abuela en unos años más, sólo espero que sean muchos.