Wednesday, March 25, 2009

Si el universo dice no...

Blanca Estela Pavón -que quizás recuerden por películas como Nosotros los pobres, y Vuelven los García- se unió a una caravana artística en 1949. Después de que dicha caravana se presentó en Oaxaca, ella y su padre, que siempre era su acompañante, planeaban regresar a la Ciudad de México. El avión en el que tenían que regresar sufrió un desperfecto que no le permitió salir del aeropuerto.

Ya que necesitaban regresar a su casa, a cumplir otra serie de compromisos, convencieron a un matrimonio que les cediera su lugar en otro vuelo para poder regresar el mismo día. Minutos después de despegar, el avión en el que viajaba la Chorreada se estrellaba en el volcán Iztaccihuatl. Quizás el universo les había puesto barreras para evitar que murieran, y ellos las brincaron. O tal vez aplica este famoso refrán

Cuando te toca,
ni aunque te escondas
Cuando no te toca
ni aunque te pongas

A Ibargüengoitia -uno de mis escritores favoritos- le pasó algo similar. Lo invitaron a un encuentro de escritores en Bogotá, Colombia. Él radicaba ya desde hacía varios años en Francia y no quería asistir, dejando inconclusa la que sería su séptima novela. Días antes del inicio del evento, y ante la insistencia de su esposa -ya saben como somos las esposas- se convencio de asistir y reservo de último momento su lugar en un vuelo que haría escala en Madrid.

Tomo sus cosas, entre ellas el único borrador de su novela, y subio al avión. El piloto de éste tuvo una serie de errores que terminaron en un viraje anticipado y se estrellara contra una montaña. El universo hablaba por el oido derecho de Jorge y le decía que no fuera, que siguiera trabajando en su novela. Pero parece que al universo le gusta competir y deja sueltas otras voces que entran por el oido izquierdo y nos hacen cambiar planes de último momento.

Todo esto estuvo dando vueltas en mi mentecita, porque hace unos días Juli me contó del proyecto que George Lucas quería hacer. Él deseaba comprar los derechos (de esto no tengo fuentes comprobables) de Flash Gordon para hacer una película sobre él. Por más intentos que hizo no lo logró y tristemente regresó a su casa a segur trabajando en algo que no creía pudiera tener el éxito que Flash Gordon parecía poder lograr.

Y voilà, escribió y dirigió la Guerra de las Galaxias. Proyecto que le ha dado más dinero que el que pudo imaginar, y un éxito irrefutable. Alguién más por ahí hizo la peli de Flash Gordon, pero fue un fracaso en taquilla. Él, a regañadientes, hizo caso a lo que el universo le decía (aunque en realidad no le quedaba opción).

En los exámenes de opción múltiple, cuando leía la pregunta respondía algo, pero después, entre nervios y confusión cambiaba la respuesta. A veces dos o tres veces (dependiendo de mi grado de ignorancia o del número de opciones). Cuando me entregaban las calificaciones, esa, precisamente esa pregunta de la duda, era incorrecta. Y la respuesta correcta, era la primera (la que el universo me había soplado y yo había borrado).

Así que como en los cuentos, qué podemos concluir de esto. Yo trataré de ser una persona de señales y no dudar... el destino es sólo la estructura; el argumento, la dirección y producción la hacemos nosotros.

Wednesday, March 11, 2009

Mi iniciación

Una vez mi papá llegó a casa con una película que un amigo le había prestado: Los diez mandamientos. Yo era muy joven y no podía interponer una queja, aunque no se me antojara ver una película biblica. Me gritaron para que bajara a ver la peli con ellos y yo, obediente como siempre he sido, bajé. Me senté justo frente a la televisón, tenía la mejor vista. Así pues mi papá puso la película y le puso play...

De repente la pantalla era naranja, naranja como rosadona, se ve la cabeza de una muchacha (muy de este siglo, no parecía ser pariente de Moisés, ni tenía donde ocultar unas tablas con mínimo dos mandamientos), unas pompis, otras pompis, boobies, manos, carne mucha carne, nada de ropa y... mi papá corrió a quitar la película. Yo realmente no entendí qué pasó (hasta hace poco que lo recordé, aunque nadie más en casa parece recordarlo, ellos aún lo tienen bloqueado).

Y es que cabe aclarar algo, hace muchos muchos años, en un lugar más o menos lejano existían las películas formato Beta (betamax). Las casas en esa época sólo tenían una televisión y nos reuníamos en torno a ella para compartir momentos familiares. Durante largos sábados me empedré viendo películas de Pedro Infante, una tras otra porque mi papá las tenía grabadas.

Los clubes de renta de películas eran algo poco común y la piratería de películas tampoco era una constante. Así que sólo había dos formas (para mi papá) de conseguir películas nuevas para reunir a su pequeña familia: grabarlas directamente desde la televisión -con la ventaja de que podrías adelantar los comerciales cuando la reproducíasy la desventaja de que si salia en televisióne s que ya era muy vieja- o que un amigo te la prestara. Después del suceso XXX sólo le quedó una de las dos formas.

Es por eso que quizás tratemos de olvidar la era anterior al CD (a. CD.) ; pero tenías que que "regresar" (rebobinar) las películas (y en los video club te cobraban un peso si no lo hacías). El resultado de no regresar la peli podía ser que tus hijos vieran escenas que significaran su iniciación en el mundo sin retorno del porno.

¿Me creen si les digo que nunca he visto otra vez otros 15 segundos de porno?