Friday, January 06, 2012

Bye bye love, bye bye sweet, 2011

Sé que esto tiene que ver con la relatividad únicamente y que si volteo hacia atrás en este momento, el año que acabamos de dejar es un suspiro. La razón por la que me parece tan efímero es que me la pasé, en realidad, nos la pasamos, esperando tanto una resolución desde Junio, que se dignó a llegar ─después de mucho trabajo─ hasta Noviembre, que apresuramos al tiempo.

Comenzamos el año con nuestro sueño, sin confesarnos que ninguno de los dos, es decir, Juli y yo, creíamos que lo fueramos a materializar. Entre otras cosas porque nuestra vida parecía comenzar a tomar otra forma que nos complacía más. Pero la crísis de los 30 nos jugó una mala pasada y Juli deseo que ese sueño pasara a un plano más terrenal: el resultado es que Juli se marcha a mediados de enero a hacer su Doctorado.

Pero claro, después de haber sido rechazado en el Politécnico; aceptado en el Conacyt y en la universidad; para después ser rechazado en la universidad; pero por fin aceptado en la universidad (después de hacer dos research proposals, uno mejor que otro a decir verdad) y casi rechazado en el Conacyt. Con estas etapas ya habíamos perdido casi las esperanzas. Pasábamos de un momento de euforia a un momento de tristeza.

Finalmente, nuestra vida cambiará drásticamente. Digo la nuestra, porque nos vamos a separar y a pesar de que yo, por un tiempo, me quedo en México a hacer lo que siempre hago, él dará un salto de fé a lo desconocido a una aventura que a pesar de ser emocionante, parece también muy asustadora.

En este momento no sé qué pasará más adelante. No quiiero ni imaginarlo porque mi vida tiene suficiente incertidumbre como para soñar (y eso que soy soñadora empedernida). Sólo sé que agradezco a Dios este año que pasó, en que nuestra perseverancia rindió frutos. Ahora, tengo que juntar las fuerzas para iniciar mi priopio proyecto, siempre con el respaldo del Juli, para perseverar y que el próximo año pueda hablar de este que vivo con la misma emoción y agradecimiento con el que hablo hoy del que pasó.


Como diría la canción, me dejó muchas cosas buenas este año, Dios me permita conservarlas y me de la oportunidad de mejorarlas. Yo ya sé mi parte y lo haré lo mejor posible.

Los esposos



Se subió a la camioneta, después de que su mamá la obligara a tomarse fotos y video. Acomodó todo el tul que la cubría y se sentó tratando de fingir que no estaba nerviosa.



—Admítelo, debes estar nerviosa— le dijo su prima—nadie puede estar tan
tranquila el día de su boda—.

—Sí, la verdad en este momento ya estoy nerviosa. Pero lo único que quiero es llegar ya —respondio con una sonrisa entrecortada.

El viaje continúo tan lentamente que casi ponía ver una película de sus pensamientos, imágenes de sus recuerdos y de sus deseos que iban apareciendo una detrás de la otra.

Por fin llegaron a la iglesia, y aunque sabía que su novio no la debía ver hasta que estuviera dentro se asomó para poder verlo: Era justo lo que imaginó, él estaba sonriente. Se veía nervioso sí, pero estaba segura que él se sentía como ella. Es decir, deseaba con todas sus fuerzas que la mujer que él amaba llegara por fin a la entrada.

Los familiares y amigos se reunieron en la plaza frontal y esperaron a que la misa anterior terminara. Dejaron bajar a la novia, quien lentamente se acercó a la entrada, donde su futuro esposo se encontraba ya de espaldas —justo como ella le había pedido, quería que le viera entrar del brazo de su papá y no antes—.

A partir de ese momento lo que tiene en su memoria son emociones y no sucesos, la . Sus hermanos, como siempre, hicieron lo posible por ponerla más nerviosa y llegaron cuando el Padre estaba ya organizando a todos explicándoles cómo debían entrar.

Tomó el brazo de su papá y lentamente mientras los violines comenzaban a tocar camino ante la mirada de todos los invitados, susurró al oido de su papá que lo quería y él sin poder ocultar la emoción sólo apretó su pequeña mano dentre de la suya como respuesta. Muy seguramente ese mismo gesto hizo cuando se dio cuenta que aprendía a caminar sin su ayuda.

La pequeña Paula iba concentrada en su trabajo, y caminaba justo como había sido capacitada. Mirando al frente y con mucha seriedad en su labor. Finalmente sucedió lo que ella tanto temía y pisaron el vestido evitando que pudiera llegar al frente. Hubo bendiciones, unas lágrimas y la alegría de sus padres.

García Marquez dice que la vida no es como la vivimos sino como la recordamos. Ella ya no recuerda mucho, más que la felicidad que recorría su cuerpo cuando vio a Juli ahí parado, con la sonrisa que hace que su vida tenga sentido. Seguramente paso algo así: se tomaron de la mano y después ya nada importa porque ante Dios y los hombres están juntos para siempre.

Risas, baile, mucha diversión y montones de fotos siguieron a todo el largo plan de La boda.Pero ha seguido a lo largo del tiempo, yano en la fiesta sino en la vida. Y puedo asegurar que son felices, y que aunque la vida siempre tiene preparadas sorpresas aunque creo que sólo le pondrán sazón al asunto.

Viene de un post muy muy viejo aqui