Tuesday, April 08, 2008

La reencarnación

Como católica, sólo tengo una oportunidad para hacer las cosas bien. Es ahora o nunca. No existe realmente esa posibilidad de arreglar las cosas que salieron mal en una vida previa. Y debo tener bien claro que tampoco puedo dejar tareas inconclusas para que quien re-utilice mi alma pueda terminarlas.

Pero esa idea de la reencarnación se ha dado por el continuo contacto con otras religiones y creencias. Los filosofos también han hecho su trabajo y puesto un granito de arena para acrecentarla.

Hay quienes piensan que en cada vida nos vamos perfeccionando, mejoramos el alma a través de sus continuas reencarnaciones. En cada uno de nuestros intentos vamos acumulando puntos que son validos para la siguiente vida, justo como en el juego de Mario Bros.

Están también los que creen que dependiendo de las acciones de tu vida actual reencarnaras en un nivel inferior -como animales o insectos- un nivel intermedio -los seres humanos, o un nivel superior, cercano a la divinidad.

En mi opinión, reencarnar en un animal no es inferior a los seres humanos, es una especie de purificación del alma, un estado de inconciencia espiritual, en donde lo que haces es justificado por tu condición de animal -no hay que asociar el ser humano con ser civilizado- .

Si yo creyera en la reencarnación, y supiera que reencarnaré en un animal, elegiría a un elefante. La principal razón es que son seres sociables, su excelente memoria -lo ven, sería un perfeccionamiento de mi vida- y los lazos familiares tan estrechos que mantienen.

Y como últimamente me siento reportera de bizbirije, le pregunté a todos mis amigos en qué querían reencarnar y las respuestas muestran un poco de su personalidad.

Julián, por ejemplo, eligio ser lobo porque le gusta la forma en que se relacionan, su forma de vivir y la organización de su comunidad: es una persona familiar y sociable. Mariela, por su parte, desea ser caballo (aunque la primera vez que le pregunté, la respuesta que escuche fue que quería ser jabalí, y pense que cada quien tenía derecho a ser lo que quisiera, aunque tuviera que comer insectos viscosos, pero sabrosos), admira su belleza y espiritualidad, pienso que es un aspecto que ella le gustaría explorar en su vida, el arte, la música, la danza, etcétera.

Selene, mi hermana eligió a los gatos, por su misticismo, es algo que a la mayoría de las mujeres nos gustaría proyectar y ella no es la excepción. Angel, a los tigres, por el sigilo para cazar y su vida solitaria, aunque él es muy sociable. También hubo quienes se decidieron por un animal por sus características físicas, como Saul, que reencarnará en un búho, porque puede girar su cabeza casi 300° y porque tienen una vida nocturna. Hubo alguien que eligio al cerdo por tener un orgasmo de 30 minutos, pero me pidio que guardara su anonimato. Y Ahui, mi hermano menor quería ser tigre, después ornitorrinco, y finalmente, oso panda. Supongo que la vida le dará espacio para que se encuentre con su verdadero animal gemelo.

Quisiera poder dar premios a las mejores respuestas, y estarían casi empatados mi hermano Is y Moy; Is me dijo que eligiría ser perrito, porque siempre ha tenido la duda de por qué andan todo el tiempo con prisa y parece que sus decisiones no son por azar sino que tienen algo que hacer, cruzan puentes o intentan atravezar las calles sólo en búsqueda de su objetivo. Y por su parte, Moy, quiere ser ballena azul para poder cantar fortísimo, justo como le encanta hacerlo ahora.

Me faltan algunas respuestas, que quizás más tarde actualice. Mientras tanto pienso y repienso, y sé que no es una muestra representativa, pero al menos pude ver un poco más allá de lo que su parte humana me deja ver.

Y aunque mi pregunta me dio mucho en que pensar, regreso a la triste realidad en donde sé que tengo que procurar ser lo mejor que pueda, porque en el juego de Chapi Bros, sólo tengo una vida y no he encontrado el mundo en donde puedo hacer al menos una más.