Wednesday, March 30, 2016

Sistema operativo de fábrica.

Hoy sí que no me puedo concentrar. Acabamos de regresar de las “vacaciones” de semana santa pero estuvieron tan ajetreadas que ni siquiera las considero como vacaciones. Así que como ya quiero regresar a escribir, crearé un nuevo tema para hablar de lo que más me gusta en el mundo, mi hijita Silvana. Desde antes que naciera le llevo un diario contándole detalles de su llegada al mundo y de su desarrollo. Bueno, en realidad decir un diario es una exageración. Cuando puedo le escribo una vez al mes y voy muy atrasada. Silvana acaba de cumplir un año, y no he podido terminar de contarle cómo nació.

Pero ese diario está lleno de sentimentalismos que creo solo le interesaran a ella. Es como escribirle una carta al futuro, para que cuando Silvana sea capaz de entender, disfrute “verse” a través de mis ojos. Éstas bitácoras que quiero hacer tienen una función distinta, ayudarnos a Julián y a mí a no olvidar esto que nos hace tan felices día a día.

Estamos tan inmersos en la tecnología que no puedo más que hacer metáforas sobre el desarrollo de Silvana y las actualizaciones de hardware y software de un dispositivo inteligente. Porque de que Silvana es inteligente, lo es. No sé si más o menos que otro niño o niña de su edad, pero tiene mucha capacidad y eso nos alegra. Nosotros habremos de saber cultivarla.

Pero al grano que si alguien además de mi llegara a leer esto, pensará que es manda.

Cuando Silvana nació, venía con ciertas utilerías instaladas. La interfaz de usuario era un tanto básica y el manual que nos dieron sólo tenía comandos también muy básicos. Llanto y estornudos eran dos de las principales salidas que tenía su sistema para comunicarnos algo. Los estornudos eran fáciles, tenía frío y había que cubrirla. Pero el llanto, a ese tuvimos que aprenderle con el tiempo. 

Normalmente sólo podía significar que tenía hambre, estaba cansada, estaba incómoda, tenía calor, tenía sueño, su pañal estaba sucio o le dolía algo. Y era una cuestión de ir descartando opciones: llanto a las 2am, seguramente tiene hambre…comió, sigue llorando…cambio de pañal…sigue llorando, tiene más hambre…4am, ahora la que llora es mamá porque ella ama dormir. Es difícil de explicar, pero con un poco de práctica se aprende a reconocer el llanto y diferenciarlo entre el de hambre y el de sueño. El problema es que los otros simplemente se le parecen así que uno trata de mantener las utilerías de pañal, rompa limpia y calientita y comida tan actualizadas como se puede.
Había una actualización de hardware que era poco ortodoxa pero Silvana disfrutaba mucho. Son de esos consejos que el fabricante, por ser tan nuevo no conoce y que otros expertos nos pasaron el tip: sentarte en una pelota de yoga con la niña en brazos. Y es que nuestra bebe nació con un bug que no está completamente entendido y las causas permanecen inciertas, tenía cólico y a pesar de que pensaras que tenías el sistema completamente atendido, lloraba sin tener una causa aparente. La pelota la calmaba y nos ayudaba a dormirla.

Esa interfaz básica no recibió muchas actualizaciones hasta más o menos el primer mes en donde por fin aceptó la instalación de hardware chupón y había algo con qué calmarla además de la pelota de yoga. Pero nosotros intentábamos y rogábamos que se conectara al servidor principal, y bajara la librería de siesta mayor de 30 minutos, Silvana no la descargaba. Así que no teníamos tiempo de nada.

Este periodo es conocido como el cuarto trimestre, en donde nuestro nuevo gadget está acostumbrándose al mundo y en general todo le molesta. Son bastante frágiles y vulnerables a virus y bacterias así que recibió una de las actualizaciones más importantes: las vacunas. Esto hizo una especie de downgrade en lo avanzado en el sueño, pero al menos la dejó más protegida contra un mundo tan grande, siendo tan pequeña.

Asi hemos ido avanzando, poniendo al día nuestro gadget, y de paso actualizando al nuestro con librerías que no sabíamos que existían. Ese amor incondicional es verdaderamente único.

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