Wednesday, April 25, 2007

Cuenta regresiva

Hoy me estaba preparando para salir a mi trabajo, abrí mi cajón con el montón de productos de belleza, que obviamente son una farsa, y me dí cuenta que en dos meses esa ya no será mi rutina. Comprendí que dejaré de ser la niña consentida de papá y mamá; que no bajaré y encontraré mi comida preparada y guardada en un tupper; que ya no seré la compañía de mi mamá en el mercado, o de mi papá viendo una aburrida película. Como dicen por ahí "me cayo el veinte", todos esos pequeños detalles que forman mi vida diaria ya no estarán y seguramente extrañaré tanto a mis papás que como típica vieja loca que soy, les dedicaré más tiempo del que ahora les doy.

Me dio tristeza darme cuenta de que mi vida se transformará por completo. Diría mi madre: es la ley de la vida. Y su boca estaría embarrada de puritita verdad, porque ahora tengo que salir de mi nido a formar otro; para esto elegí al amor de mi vida, nos elegimos. Así juntos formaremos una familia, que se añadirá a la que ya tenemos, en la que seremos tan felices como lo hemos sido hasta hoy.

Ese manojo de sentimientos del que fui presa hoy en la mañana hizo que llegara tardísimo a mi trabajo.

Tenemos problemas económicos, el pagar una boda y tratar de pagar lo que será nuestro nuevo hogar se nos ha salido de las manos. Cada vez falta menos tiempo y nos faltan más cosas (parece que los pendientes se reproducen) y el estrés comienza a notarse en mi piel y en mi humor. Pero lo peor es que el Juli también está estresado, caray no quiero que los preparativos sean para enojarnos.

No ando de malas, lo juro, hoy al menos no. La que llego de muy mal humor es mi amiga, caray nuevamente, si me le acerco me muerde. Me acaba de regañar porque no llené hasta el tope la botella de agua.

Tal vez estoy entrando a un universo paralelo en el que YO estoy de buenas a pesar de la adversidad, yo la mujer voluble no lo soy más y no permito que las presiones laborales y personales acaben con mi buen humor y por otro lado ahora las personas que normalmente soportan mi mal humor ahora están que no los calienta ni el sol y tengo que sonreir, quedarme callada y esperar a que tengan la paciencia de siempre. Esta bien, acepto el reto y soportaré su estrés y humor... pero tomaré mi venganza.

Pero es que yo tengo un arma poderosísima que si llega a caer en manos enemigas puede destruir al mundo (ok no, estoy otra vez divagando). Mi arma es que cuando siento que la boda saldrá horrible, que terminarémos comiendo en platos desechables y tomando cañabar; cierro los ojos y me veo con mi vestido de tul, caminando directo hacia donde está Julián, con una hermosa sonrisa... esperándome. Esa sonrisa hace que todo valga la pena.

1 comment:

Anonymous said...

yo por eso no me caso, nadamas voy a la fiesta, jejeje, Mucha suerte¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡