Wednesday, October 17, 2007

Terry está llorando



Caray, cuando escuchabamos esta cancioncita comenzabamos lentamente a derretirnos por nuestro amor platónico Terry Granchester. De pronto nuestra respiración se agitaba, nos sudaban las manitas y nos sentiamos Candy.

Me recete las veinte repeticiones que en la televisión pasaron, si la hubieran puesto en canales diferentes y horarios distintos las hubiera visto todas -al más puro estilo Galo viendo el Chavo del ocho-.

La verdadera razón del por qué me gustaba la desconozco, ahora que soy adulta y mi vida no tuvo tantas aventuras como la de Candy pienso que era una forma de proyectar mis fantasías. A pesar de que a todas luces me parecía que Candy era una mujer que sufría demasiado para mi gusto yo sabía que era feliz y eso me hacía desear su vida.

Y cuáles eran sus penurias, pues primero su mejor amiga le roba los padres adoptivos, la adoptan para que sea la sirvienta de la casa, su primer amor se muere cuando se cae del caballo, le ponen una trampa para separarla de Terry -lo que obviamente fue lo más triste- y finalmente se queda cuidando huérfanos en el hogar de Pony mientras Terry la necesita más que nunca pero no se puede acercar a ella.

Cuando escucho esta canción lo primero que me viene a la mente es una escena de finales de la serie. Después de darse cuenta que la única forma de que Susana -una mosquita muerta que intenta robar el amor de Terry- sea feliz y no intente suicidarse nuevamente es que Terry se quede a su lado, la dulce y tierna (como yo) Candy decide alejarse del amor de su vida. Hace de tripas corazón y se despide de él con lágrimas en los ojos (no sólo ella tiene lágrimas, tambien un par de miles de niñas frente a su televisor).

Sale corriendo de la habitación de Susana para no tener que enfrentarse con Terry, pero él la alcanza y la toma de la cintura. Le dice que no quiere perderla -con su derretidora voz varonil- que le permita quedarse un momento cerca de ella y desea que el tiempo se detuviera mientras de sus ojos azules caen las más sinceras lágrimas de desilusión. -Terry está llorando- piensa Candy -significa que me ama, Terry...-.

Cabe aclarar que Terry era un hombre rebelde al que Candy ayudo a encontrar su verdadera carrera, una fantasía de toda mujer: ser la salvadora del hombre que amamos.

Candy es el sinónimo de mi infancia, de mi ansias ocultas de ser aventurera -como Indiana Jones, no como Edith González- y de mis deseos de ser una mujer sacrificada por la felicidad de otros. Lo que pienso si es alcanzable es ser feliz a pesar de las inclemencias de la vida, lo puedo decir porque esta Candy morena tiene a su Terry de ojos cafés.


1 comment:

Anonymous said...

tierna..... aja... a ver cuando escribes , que ya ni te dignas conectarte al messenger¡¡¡¡¡

ahhh y por cierto, ojala todo vaya muuy bien, jajaja


Cuidate